3. Comentarios
Actualmente existe un «pequeño gran problema» con esta clase de placas base diseñadas para el overclock, que limita el cerco a una reducida clase de usuarios, centrándose en potenciar el rendimiento de la CPU que tiene mucho que ver con el precio final de los componentes necesarios. Estos usuarios no solo tienen que tener cierta experiencia en las prácticas de overclock extremo, sino que tienen que tener un mínimo poder adquisitivo, más bien dilatado. Estas placas base siempre se han situado en la gama alta, a precios ya de por si elevados.
Además, este tipo de placas base necesitan de componentes de elevadas prestaciones para que sea justificable la adquisición de las mismas, como son los procesadores de última generación de Intel (dejando olvidado a AMD), o sea los procesadores más caros. Tampoco hay que olvidarse que la memoría RAM también debe ser estable y de alto rendimiento, más cara, y que se agrava por ser nueva, la DDR4. Este trinomio de componentes, dejando a un lado la tarjeta gráfica dedicada, son necesarios para lograr un equipo más o menos equilibrado para practicar overclock extremo. Por tanto, esta placa base solo está destinada a un público muy reducido, y como es lógico, será un producto de poca tirada (Gigabyte es de suponer que controlará el número de unidades fabricadas, ya que no será un producto de venta masivo). Trasladado todo esto a números, la placa base cuesta entre 300 y 400€, el procesador compatible de última generación puede incluso duplicar este rango de precios y la memoria RAM DDR4 todavía lleva poco tiempo en el mercado como para bajar drásticamente de precio, aunque tampoco hace falta mucha cantidad de memoria para obtener elevados índices de overclock. Los kits más gruesos y de mayor rendimiento rondan entre 300 y 500€, con gran cantidad de RAM (16 a 32GB). Es sumar precios de estos 3 componentes y alcanzan más de 1000€ en el mejor de los casos, teniendo que añadir el resto de componentes todavía.
Así que, lejos de asustarse por los actuales precios de estos componentes, que recordemos que ocupan la gama alta y la de mayor rendimiento, en Hardaily Labs nos dedicaremos como siempre a mostraros todas las características del producto, como viene «vestido», así como algunas de nuestras pruebas habituales, dejando el overclock extremo para los que verdaderamente se dejan la vida en ello ¬¬.
El «pequeño gran problema» al que hacemos referencia al principio se refiere a que actualmente no existe un rango de gamas dentro de la Serie Overclocking de Gigabyte. ¿Qué es esto? Pues no es más que no existen placas base de gama media o o media-baja (la gama baja quedaría descartada), para que los usuarios pudieran hacer overclock extremo a otros procesadores más modestos, dotándose de un equipo radicalmente más económico, donde los 3 componentes principales (placa base, procesador y memoria RAM) no superaran los 500€, por poner una cifra media. Dentro de este rango solo estaría la GA-X99-SOC Champion recién anunciada, al menos de momento, con menos características en general, tanto destinadas al overclock como en el resto de apartados.
Sin embargo, no parece haber cabida en el mercado para esta clase de equipos dadas sus limitaciones, dejando los ejercicios de overclock extremo simplemente para batir récords máximos con los mejores procesadores y placas base más dotadas, no para batir récords en procesadores más modestos; récords que generalmente no darían paso a un titular, que no llamarían tanto la atención. Tal vez un rango amplio de gamas de placas base para overclocking podría funcionar cambiando el enfoque. Quizá alcanzar un nivel de overclock importante y estable con un procesador modesto tendría más mérito, algo que todavía no hemos visto seriamente, no parece que «se piense así», pero sería un mercado más cercano. Ya sabéis que en este mundo todo se tiende a sobredimensionar, y lo mejor y más caro siempre llamará más la atención, cuando lo modesto podría marcar la diferencia.
Otro posible comentario, que de vez en cuando está bien que se suelte, estaría relacionado con el ritmo tan alto de renovación de las placas base, que sigue las tendencias actuales de que al menos cada año hay que renovar, algo que está pasando demasiado en la electrónica de consumo, tratándolo como una regla pura para mantener la ventas que obviamente también tendrá su desgaste. Aquello de que «ofrecer algo un poquito mejor, justifica el cambio». Sin embargo, esto puede acarrear problemas, no solo por el aburrimiento del propio usuario «a la novedad» algo que ningún experto habla en ningún medio y que puede convertirse en el siguiente fenómeno que cambie la forma de pensar de las empresas que se dedican a esto, sino que también le puede producir problemas al propio fabricante de estos productos, que es posible que no pueda soportar este ritmo y termine ofreciendo productos incompletos, o con partes de él poco optimizados, porque se quiera o no, la competencia también aprieta. Pero esto ya está pasando, lo que ocurre es que no se define con todas sus letras.
Estamos hablando de la «obsolescencia programada moderna», por llamarla de alguna manera, tan asentada hoy en día y que la gente ya la asume como algo natural. Esto se ve mucho en los terminales móviles, y en los juegos para PC entre otros, que muchos de estos productos son puestos a la venta inacabados y poco testeados, o sea, poco optimizados. Productos que necesitan de un cambio de rumbo o más tiempo de maduración para ser optimizados, más tiempo y mejor organización y prevención, tres palabras que pueden volver loca a una empresa tecnológica cualquiera. A pesar de ello, los usuarios en general demuestran ser muy pasivos y con pocas ganas de protestar, cada vez que adquieren uno de estos productos, aunque en el fondo se sientan medio estafados. Todo esto tiene relación directa al margen de tiempo que tienen los fabricantes de lanzar algo nuevo, que se puede cercar en 1 año más o menos (de ahí que cada año ya se celebren ferias tecnológicas que prometen revolucionar el mercado), un ritmo de nueva producción que alimenta sin prejuicios y frente nuestras narices aquello de que «ofrecer algo un poquito mejor, justifica el cambio». Pensadlo y relacionadlo con este artículo, a ver si sacáis vuestras conclusiones.
Centrando el artículo y en este caso, Gigabyte no cambia la forma de presentar su producto. La X99-SOC Force sigue ofreciendo el atractivo embalaje habitual y los componentes que son habituales para su puñado de placas base para overclock, así que en ese sentido no hay cambios, más allá de las novedades del propio modelo. El embalaje incluye un doble compartimento, uno superior para la placa base, muy básico, cartón y poco más y otro inferior dividido en 4 para los accesorios.
El amplio manual de uso sigue siendo el habitual, y en inglés, acompañado por el manual de instrucciones multiidioma. Ya sabéis que lo primero que tenéis que hacer antes de tocar nada del producto es echar mano al manual y buscar el diagrama de la placa base, para empezar a entenderla. Como siempre, a pesar de que en este manual esté todo en inglés, es fácil de entender gracias a la viñetas que acompañan las descripciones. Sin embargo, el manual grueso de uso se agradecería que estuviera disponible en múltiples idiomas en descarga online. También se acompaña el típico CD de instalación con todos los controladores y programas, aunque como es habitual se quedará desfasado con los nuevas versiones descargables desde Internet. Como siempre, antes de instalar nada, habrá que revisar si hay versiones nuevas, para hacer la instalación limpia con las nuevas versiones siempre que sea posible. Aun así no hay una guía amplia para prácticas de overclock. Esto podría ser un buen aliciente a este producto, dada la complejidad de estas prácticas, que siempre deben hacerse manualmente.
Como accesorios el producto incluye un kit de 2+2+2 cableados SATA de color negro y enmallados (mejor protegidos que los habituales). Además, incluye un cableado multiplicador triple para la alimentación de la CPU. Recordad que para alcanzar un nivel elevado de overclock extremo hace falta mucha potencia de procesamiento (mucha intensidad al mismo voltaje). Éste es el primer accesorio relacionado con el overclock. El segundo es un kit de 8 conectores en «Y» para poder pinchar los 2 extremos de los conectores en varios téster o polímetros (voltímetros) para el control en directo de las tensiones de las diferentes partes de la placa base, algo que también se puede lograr más directamente pinchando en los bornes de la placa base, sin la necesidad de estos conectores.
El siguiente accesorio es el ya típico «OC Brace» de Gigabyte, un marco metálico niquelado montante para poder instalar hasta 4 tarjetas gráficas de doble bahía en un banco de pruebas (sin instalar dentro de una torre), ideal para probadores de placas base u overclockers que usan LN2 (nitrógeno líquido) u otros sistemas de refrigeración y disipación/ventilación. Viene acompañado con hasta 8 tornillos para las tarjetas gráficas y otros 2 para atornillar el marco en la placa base, todos de cabeza gruesa, que permiten roscado manual.
Además, incluye la plaquita metálica trasera niquelada, con el marcado de cada tipo de puerto. La X99-SOC Force NO incluye iluminación trasera (parte de la función «Ambient LED»), a diferencia de otros modelos X99 de Gigabyte. Aquí Gigabyte generaliza en su página web cuando hay algunos modelos que no lo incluyen. Quizá en una revisión 1.1 lo añadan, aunque sí incluye iluminación LED en la zona de separación de la circuitería de audio del resto de la placa base, ya un habitual en placas base de gama media y alta del fabricante.
Por último, incluye el extenso kit de puentes SLI y CrossFire, con hasta 5 unidades según el tipo de configuración multitarjeta gráfica. En este caso siempre se echa de menos otro puente CrossFire, dedicando hasta 4 puentes para las diferentes configuraciones en SLI (soporta hasta 320Gb/s en configuración triple x16+x16+x8 o cuádruple x16+x8+x8+x8).
Empezar a enumerar las características de la X99-SOC Force se haría interminable, así que vamos a centrarnos en las novedades y características más importantes, dejando el grueso destinado al overclock para el final. Fijáos, a pesar de que es un modelo destinado para overclock, incluye 4+(4+2) SATAIII internos (6Gb/s), 1 SATAe compartido (10Gb/s), ranura M2 (turbo a 20Gb/s) para tarjetas SSD de 42, 60 u 80mm, 8 puertos USB 3.0 y 4 USB 2.0. La mayoría de estas características de conectividad tienen que ver directamente con el chipset X99, por lo que es lógico que en parte se incluyan. Muy destacable su ranura M.2. No obstante, poco importará al overclocker extremo que venga muy bien equipada en este sentido. De ahí que estas placas base se puedan recortar de algún modo para poderse ofrecer otros modelos algo más económicos sin mermar sus capacidades para el overclock extremo.
El resto de aspectos relevantes son un único puerto RJ45 para conexión de red con un habitual controlador Intel Gigabit LAN (10/100/1000Mb/s) y software de aceleración Internet cFos con interfaz renovada de Gigabyte. Además, incluye mejoras en el apartado de audio, con su chip de Realtek ALC1150 para sonido multicanal (hasta 7.1 canales) con una relación señal ruido SNR de hasta 115dBA, dejando el controlador de Creative para las placas base de Serie Gaming. Aquí hay una novedad importante: la interfaz totalmente renovada por Gigabyte del panel de control de audio (Administrador de sonido Realtek HD, de Gigabyte), una de las principales novedades en esta nueva serie X99 de placas base de Gigabyte y que compartirá con todas las placas base que usen este chip de Realtek o versiones superiores. Hasta ahora este apartado siempre ha estado «olvidado» por el grueso de fabricantes de placas base, que suelen implementar procesadores de audio de Realtek con un panel de control anticuado.
Llegados a este punto, poco a poco vemos como Gigabyte está personalizando al máximo posible y a su ritmo, todo el software que va acompañando a sus placas base, unificando el aspecto de los paneles de control, no solo con su ya afamado APP Center, sino también para los paneles dedicados a Intel para red y a Realtek para audio. Además, continua haciendo cosas en la interfaz de la BIOS, aunque a día de hoy todavía no ha encontrado una interfaz seria y personalizable para todo su abanico de estilos de placas base. Esto sería una interfaz única y personalizable (tan simple como permitir cambiar los colores) para todas sus placas base, y dejarse de tanto cambio de estilos distintos entre ellas. Esto permitiría a Gigabyte centrarse siempre en un tipo de diseño de BIOS, evitando problemas no solo en la traducción de idiomas, sino en la colocación de todas sus partes, que en parte también ayudaría a apurar la estabilidad de la misma y a ser optimizada más pronto, al mismo tiempo que sería ideal que según el estilo de placa base, sus colores, la BIOS pudiera personalizarse a estos colores, sea rojo, dorado, naranja, verde, gris o el que sea, o al gusto del usuario.
El resto de detalles se pueden resumir en un par más. La versión de socket LGA2011-3 no soporta gráfica integrada en el procesador. Los procesadores de Intel de última generación compatibles con este socket no traen GPU integrada. En esta plataforma tampoco existe la posibilidad de aprovechar gráficos integrados (el chipset tampoco incluye GPU). Por tanto, no incluye conectores traseros de video (ni siquiera HDMI, ni DisplayPort). De ese modo, hace falta instalar una tarjeta gráfica dedicada al menos para empezar a funcionar. Aparte, incluye 4 + 4 ranuras de memoria DDR 4, la siguiente novedad, que no solo permite mayor frecuencia a menor latencia sino que cambia el diseño de la forma de los conectores, con una silueta recortada simétricamente en pendiente (en cuña), en lugar de totalmente plana, como era las versiones DDR3/DDR2/DDR, diseño realizado para evitar incompatibilidades (impide introducir memoria RAM no compatible). Por último, es formato E-ATX (30.5 x 26.4 cm).
El grueso más importante de la X99-SOC Force tiene que ver con la electrónica dedicada para overclock extremo. Aquí hace falta diferenciar entre overclock medio y extremo. El medio se podrá conseguir con placas base de gama media-alta para arriba con el apartado de alimentación VRM bien equipado, con sistemas de disipación activa de mayo rendimiento, con sus ventiladores, o bien con sistemas de RL todo-en-uno o por piezas. Sin embargo, el extremo incorpora electrónica específica para poder incrementar aún más las tensiones y con ello aumentar las frecuencias y disminuir las latencias al máximo, con sistemas de refrigeración extrema, como el LN2, ya que la temperatura de ciertos componentes aumentará considerablemente (procesador, electrónica destinada a la alimentación de la placa base, el chipset (todo el PCH) y los módulos de memoria RAM. Así, el primer detalle es tener claro que estas placas base usan electrónica distinta a las placas base habituales de gama alta de Gigabyte, de ahí que su precio en parte también se dispare.
La X99-SOC Force incluye de manera resumida hasta 6 partes principales destinadas para el overclock:
- Sistema avanzado de alimentación, con 2 controladores digitales IOR (de International Rectifier) de tercera y cuarta generación, que emplean la tecnología Isense, que ofrece mayor precisión a la hora de medir la corriente, repartiendo mejor la carga térmica.
- Electrónica dedicada para overclock, con bovinas de choke Cooper Bussmann con elevada capacidad de intensidad para alimentar las zona VRM de la CPU, capacitadores POSCAP de alta calidad y condensadores sólidos Durable Black de Gigabyte.
- Diseño de doble capa 2X Copper de la placa base para disminuir la temperatura con mayor eficiencia energética, menor ruido eléctrico, y mayor capacidad de intensidad entre las diferentes pistas de potencia entre los distintos componentes.
- Panel electrónico de control manual integrado para overclock. Son controles manuales de acción directa destinados en exclusiva para overclock. Aquí entran todos los «Botones OC», un panel completo de hasta 8 botones de gran formato, más otros 5 + 1 pequeños botones relacionados con el empleo de la BIOS (Dual BIOS, AMI UEFI BIOS), acompañados del panel digital de doble digito hexadecimal para leer el estado en el que se encuentra la placa base. A destacar el botón «OC Ignition» que permite mantener partes de la placa base encendidas con el sistema operativo apagado. Es como un segundo modo en reposo que ofrece ciertas ventajas, como mantener los ventiladores y las luces encendidas, sin que funcione nada más.
- Hasta 9 puntos de medición para voltímetros (dos bornes cada uno), que permiten medir en tiempo real (mientras se practica el overclock) las tensiones de las diferentes zonas de la placa base relacionadas con la alimentación de la misma, de la CPU del Chipset (PCH) y de la memoria RAM…
- BIOS y Easy Tune con mayores parámetros para prácticas de overclock. Aunque para practicar overclock extremo hace falta calibrar desde la BIOS para controlar los cuelgues, dejando el Easy Tune en segundo plano, para overclock bajo o medio. La Dual BIOS permite en cada uno de los chips almacenar diferentes perfiles según el overclock del usuario, para conservar sus prácticas.
La mayoría de estas características son únicas y no están disponibles en otras placas base de otras series y que necesitan de una amplia atención para poderse manejar. De ahí que esta placa base es mucho más compleja de manejar que las típicas de gama media u otras de gama alta, destinada así a usuarios avanzados, no siendo adecuada para aquellos que no quieran exprimir al menos un poco sus altas capacidades de overclock. Si queréis más información específica sobre esta placa base os instamos a que visitéis la web de Gigabyte y sus microsites. Además, existen algunos manuales de overclock extremo por si queréis iniciaros en este apasionante mundo, que por ahora está relegado a unos pocos (estamos hablando del overclock extremo, no del overclock de andar por casa).
En resumen, la GA-X99-SOC Force de Gigabyte es una placa base que no se queda corta en la mayoría de características que no tienen nada que ver para prácticas de overclock, con gran conectividad para todos los dispositivos de almacenamiento fijos y extraíbles más habituales, muchos puertos SATA, USB, etc. (única carencia la conexión WIFI y BT) y capacidad para sistemas SLI y CrossFire de alto rendimiento, quizá un número excesivo de características para una placa base que pretende destinarse a reinar en lo más alto en el mundo del overclock. Al tratarse del modelo más elevado que incorpora el nuevo socket de Intel, hablar de su precio elevado nos parece un poco injusto, a sabiendas que es posible que se lancen otros modelos algo más económicos. Pero no cabe duda que se podrían ofrecer modelos más modestos con otras prestaciones pero que sigan sobradas con toda la electrónica necesaria para el overclock extremo, siendo así más alcanzable en precio para la mayoría de usuarios que quieran iniciarse.
De este modo, este modelo puede servir para prácticamente todo, para juegos con múltiples tarjetas gráficas, para overclock extremo, para almacenamiento masivo y para mucha cantidad de RAM, la plataforma base para pasarse con las tensiones. El usuario ideal sería el que aprovechara estas cuatro características. Juntando todas sus características, es quizá una de las placas base mejor equipadas de Gigabyte aunque destinada a un mercado muy reducido. Será necesario buscarle una buena fuente de alimentación potente, un buen procesador de Intel y no mucha memoria RAM a bajas latencias y alta frecuencia para obtener los mejores resultados.